23 sept 2017

Media-involution

Umberto Eco, desencantado con los medios sociales, afirmó que  la redes sociales daban voz a millones de idiotas. La reflexión fue recibida de manera dispar, según la contextualización que cada uno quiso darle. Esta semana Mario Vargas Llosa ha retomado la idea y, quizá en un tono más suave y esperanzador, ha declarado que la forma de comunicarse en las redes sociales puede llevarnos a una "caricatura de la lengua” y y que si esto llega a ocurrir (no olvidemos que la lengua es una de las características que nos hace humanos) la sociedad corre el peligro de convertirse “en un mundo de monos”. Las controvertidas declaraciones tuvieron lugar en la presentación de su libro conversaciones en Princeton (Alfaguara), texto que recoge el curso que impartió en la Universidad de Princeton (Estados Unidos) junto con el catedrático Rubén Gallo.

¿Nos encontramos ante una paradoja tecnológica o ante una consecuencia más de un medio vertical destinado al control de masas? La paradoja podría encontrarse si aceptamos que el ser humano se arriesga a  involucionar con el uso de una de una tecnología punta,  conseguida tras una evolución cultural y tecnológica prodigiosa. La otra cara de la moneda sería aceptar que se trata de una herramienta elitista masificada con el fin de alienar, embrutecer y adocenar a las masas ¿Con cuál se queda?



[Imagen de vargas Llosa y más en info en La Republica]
 alfonsovazquez.com   
ciberantropólogo


2 comentarios:

Ana Lopez Acosta dijo...

Se me ocurre - será por historia personal también - que muchos empezamos escribiendo blogs con una necesidad de comunicar - nos y a lo largo del tiempo reparamos en que los blogs se iban vaciando de lectores y de interesados. A varios de ellos - que conozco- les ganó la desesperanza. Hay alguno que otro que se mantiene valerosamente en la brecha.
Creo que muchos empezamos a descreer de la palabra como medio efectivo de comunicación a partir de su vaciamiento, la palabra vacía es engañosa y - perdón el concepto redundante - vacía al que la emite y al que la recibe. En algún momento escribí algo sobre el mecanismo de vaciamiento de ideologías, nada tan efectivo para vaciar una ideología que saturar con sus símbolos, mirá lo que ha sucedido con el Che Guevara, nadie lee sus escritos, nadie sabe de sus cuestionamientos a la URSS, sólo se utilizan camisetas con su cara. Algo equivalente sucede con la palabra.
Creo que ambas cuestiones que planteas son la doble cara de la misma moneda. Seguramente es un medio vertical destinado al control de masas y a estimular el consumo - como antes lo fueron otros - pero también otorga la posibilidad, a quien quiera tomarla, de utilizarla justamente para lo opuesto. Es una herramienta. No otra cosa.

Alfonso Vázquez dijo...

Efectivamente, es una herramienta Y muy poderosa. Es cierto que el uso que le demos en mayor o menor medida depende de nosotros. Sin embargo es triste observar como la mejor opción de comunicación que ha caído en manos del ciudadano medio en la hisotoria de la humanidad se desprestigia con un uso tan banal, aunque no por ello menos legítimo.

Sobre la ideología y el símbolo.. un tema apasionante A por él vamos hoy http://libroweb.blogspot.com.es/2017/10/cataluna-espana-y-la-violencia-simbolica.html

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