23 ene 2013

¿Existe la casta política?


Últimamente se ha venido hablando de la existencia de una casta o de clase política. El término casta, usado peyorativamente, es rechazado por militantes, fieles y por los propios afectados, que se defienden compungidamente ¿Podemos hablar en estos términos con cierta propiedad? Si nos acogemos a la definición ofrecida por la Real Academia de la Lengua, la definición de casta es la siguiente.
(Der. del gót. kastan; cf. ingl. cast).
1. f. Ascendencia o linaje
2. f. En la India, grupo social de una unidad étnica mayor que se diferencia por su rango, que impone la endogamia y donde la pertenencia es un derecho de nacimiento.
3. f. En otras sociedades, grupo que forma una clase especial y tiende a permanecer separado de los demás por su raza, religión, etc.
5. f. Zool. En una sociedad animal, conjunto de individuos especializados por su estructura o función.
Ahora tocaría dirimir si realmente es correcto su uso léxico acompañando al conjunto de cualidades que se relacionan con el conjunto globalizado de aquellas personas que se dedican a la gestión de la administración  pública. Efectivamente, la primera acepción es un componente importante, pues es difícil triunfar en este mercado de poder sin empuje de familia. En las últimas legislaturas hemos visto ministros y ministras sin formación y sin experiencia, llegando a estos puestos por lazos familiares o de padrinazgo. De esta reflexión casi que se justifica la segunda acepción en más de un caso. El tercer punto se evidencia sobre  todo en épocas de crisis. En pocas empresas un ejecutivo acumula tantos cargos y genera tan pocos beneficios como suele ocurrir en política ¿Cómo puede una persona ser, al mismo tiempo, alcalde, senador, secretario de partido y ministro ganando en nómina (dejamos a un lado los casos de corrupción que trataremos en unas semanas) treinta veces lo que un trabajador medio? La quinta acepción se cumple en tanto en cuanto numerosos consejeros, senadores,  ministros y hasta algún presidente nacional no han llevado en ningún momento actividad laboral alguna fuera de la propia estructura de su partido. Además, el partido premia esta fidelidad recolocando a sus miembros en puestos de continuidad en las extensas cloacas del poder: los consejeros o ministros que dejan su cargo son ubicados en diputaciones, patronatos, fundaciones, mancomunidades , secretarias técnicas o cualquier otro emplazamiento diseñado para cumplir la labor de cementerio de elefantes.

Podemos concluir por lo tanto que no es desprorcionado hablar de casta política para agrupar al grupo de dirigentes públicos. 

alfonsovazquez.com
ciberantropólogo

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